Desde que la humanidad comenzó a dejar sus primeras huellas, la palabra amor estuvo y estará siempre presente, se ha escrito mucho acerca de ella y seguiremos haciéndolo hasta el fin de nuestros días…
Cuando el amor no está presente en nuestra vida, sentimos que el camino que recorremos está plagado de sombras y teñido por la supervivencia, convirtiéndose en algo más parecido a una continua lucha que la oportunidad de compartir la aventura de la existencia.
Para sentirnos enamorados no es necesario que exista una persona única y especial, ya que cuanto más enamorados estamos, más especiales son los amigos, más profunda es la relación con padres e hijos, más interesantes son los desconocidos, los animales y las cosas, más belleza descubrimos en la naturaleza, en el cielo y en la tierra.
Cuanto más enamorados decidimos estar, más conscientes somos de todo lo que nos rodea, de nuestros pensamientos, del simple hecho de respirar consciente y atento de como la vida nos atraviesa en cada inhalación, dejándonos una señal, algo sutil y mágico que cada uno debe desentrañar.
Y si existe esa persona especial, con la cual compartimos sueños y alegrías y ese continuo descubrir de las cosas simples, que por tan simples se vuelven invalorables, para nuestro sentir y nuestra alma.
Solo es necesario animarnos a nuestra aventura interior, tomar riesgos, viajar hacia adentro y convertirnos en aquello que amamos, estableciendo una comunicación sincera con nosotros y los otros.
Se trata de una mirada distinta, mágica y poderosa que comienza por identificar el conflicto dentro de nosotros mismos, para después, expresar honestamente lo que nos pasa.
La comunicación no solo sana las heridas. El hecho de escuchar atentamente a otro ser humano que expresa lo que siente, es un acto de amor por excelencia. Cuando una persona nos abre su corazón, compartiendo con nosotros sus emociones y anhelos, mientras somos conscientes del respeto que nos merecen sus palabras, estamos amando de verdad.
En realidad, estar enamorados, es una plena sensación del alma que te invito a redescubrir, a liberar y compartir, como se comparte, en silencio, nuestra alma.