“Cultivar la paciencia” es una frase que seguramente has escuchado antes y no tienes tan siquiera una mínima idea de cómo hacerlo. La paciencia es un atributo del ser humano que te ayuda a mantenerte tranquilo frente a la angustia, el sufrimiento o la decepción. Es una habilidad con la que alcanzas un alto grado de equilibrio, acorde para frenar tus impulsos y sustituirlos por una respuesta basada en el análisis.

La paciencia es el polo opuesto de la impulsividad. Es saber reaccionar con prudencia ante las dificultades diarias y mantenerte sereno. A través de esta habilidad puedes convertirte en una persona asertiva. Normalmente cuando actúas de manera impetuosa puedes tomar acciones equivocadas. Cuando eres paciente renuncias a la inmediatez. A veces quieres algo y lo quieres para ya. Tener un grado de paciencia puede marcar la diferencia entre una acción desacertada o inteligente. Por eso es considera una virtud universal.

La buena noticia es que manejar tus impulsos es cuestión de entrenamiento. La paciencia es un rasgo de la personalidad que puedes cambiar con un poco de ejercicio. Debes practicar si tu objetivo es convertirte en una persona más paciente, porque la voluntad por sí sola no te hará cambiar. Los resultados no son inmediatos, pero puedes conseguir grandes cambios.

El primer ejercicio es que logres identificar lo que te hace perder la paciencia. Por lo general, las personas magnifican las situaciones. Por ejemplo, si te encuentras en el banco y hay una larga fila de personas y te molesta esperar, rápidamente entras en cólera. Pregúntate si en verdad tienes tanta premura. Trata de distanciarte y ver la situación de manera objetiva. Evalúa la consecuencia real y sabotea el estrés que te genera la impaciencia.

Ten en cuenta que solo tienes control de tu tiempo y tu compartimiento y no sobre los demás. No puedes hacer que los otros se muevan más rápido solo porque tú necesitas cumplir con ciertos objetivos diarios. Establece metas realistas en la cotidianidad, para que puedas cumplirlas. Cuando tus exigencias están por encima de lo que puedes lograr tienes mayor tendencia a tener desequilibrios emocionales.

Práctica la respiración. Es método muy útil para que te calmes es situaciones de estrés. El yoga o la meditación pueden resultar muy útiles. No olvides entrenarte y hacerlo en forma habitual con situaciones diarias y poco complejas.

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