Existe una tribu en la selva amazónica que ha adoptado una forma muy peculiar de castigar al autor de un delito grave. Conociendo muy bien la energía que se genera cuando prestamos atención a una persona, utilizan como medio para condenar al miembro agresor el desentenderse de su existencia, de forma tal, que todos deciden ignorarlo y dejar de prestarle atención.
Ningún miembro de la tribu responde sus preguntas y deciden considerarlo invisible de común acuerdo. Al tiempo, la persona sometida a este riguroso aislamiento de atención termina por morir.
La atención, aunque intangible y sutil, es una poderosa fuerza que podemos entrenar a enfocar y cuya acción, aunque muchas veces inconsciente, modifica al objeto enfocado.
Cuando dedicamos atención al nacimiento de un proyecto, alimentamos energéticamente su generación y le aportamos el sustento que precisa para su materialización y crecimiento.
En realidad, la atención es el alimento de la consciencia. Para actuar conscientemente, es necesario estar atentos a lo que sucede. Se trata de un estado mental de apertura que nada tiene que ver con la “concentración”, ya que ésta se centra en un objeto y desatiende el resto.
El suministro de energía que se genera en la atención no sólo es una importante herramienta terapéutica de sanación y cuidado de los que sufren, sino que también intensifica el cultivo de las relaciones, alimenta el desarrollo de los que crecen y nutre al amor.
Muchos de los berrinches que los niños protagonizan, no están enfocados únicamente en pedir que les compremos tal o cual cosa, lo que verdaderamente están pidiendo tras el intenso enojo es, simplemente, que se les preste atención.
Los animales y las plantas también poseen una especial sensibilidad que detecta la atención que se les dedica.
El ser humano consciente dispone de la capacidad de enfocar su atención allí donde decide. Se trata de una capacidad que le permite evitar la dispersión mental, trayendo ideas e imágenes deseables al escenario de su mente.
El que es capaz de dirigir el enfoque de su atención, puede proceder a desviar la atención de aquellos contenidos mentales que le debilitan e intoxican, como por ejemplo, las interpretaciones negativas, las quejas y los miedos estériles que no conduzcan a la acción.
Mantente consciente de enfocar tu atención, allí donde tu elijas, si puedes desarrollar esta capacidad, podrás realmente ejercer la verdadera libertad.