En muchas situaciones solemos decir a las personas “No sueñes despierto” como una manera racional de retornarlos a la realidad.
Soñar despierto es mucho más que una fantasía. Es, en realidad, una forma de diseñar futuro.
Lo que mucho de nosotros “somos en la vida”, ¿acaso no se debe a lo que en algún momento de la misma, lo imaginamos y creímos fervientemente que así sería?
Los seres humanos tenemos una increíble capacidad de reinventarnos a nosotros mismos. Y a medida que vamos conociendo y desarrollando más esas capacidades, sabremos como aprovechar mejor esos dotes, para elaborar inteligentemente nuestro destino.
Si embargo, al imaginar nuestra vida futura, debemos revisar cuidadosamente nuestras creencias limitantes, nuestros pensamientos, esas conversaciones que mantenemos con nosotros mismo sobre lo creemos poder hacer o merecemos tener. No olvidemos que cada uno de nosotros merecemos todo lo que somos capaces de imaginar y sentir.
Conseguimos aquello que deseamos, cuando logramos nuestros objetivos.
Pero, ¿conocemos realmente cuales son nuestros objetivos? ¿sabemos que queremos de la vida?
Observo que en muchas situaciones, muchas personas, desean algo que hoy les parece difícil e incluso casi imposible y sin darse cuenta, ellos mismos sabotean sus sueños.
Recordemos que si deseamos responsablemente algo, es por que esta escrito y de alguna forma, está en nuestro camino. Entendiendo que lo intuimos como posible, sabiendo que las limitaciones tan solo están en nuestra mente, en esas conversaciones que tenemos con nosotros mismos y que nos cierran toda posibilidad.
Los invito a abrirnos a la posibilidad, a tomar coraje y eliminar el temor a la frustración que pareció acompañar algunos deseos del pasado.
Confiemos que al fluir con nuestros sueños, iremos encontrando el camino para construir las posibilidades necesarias, para la buscada experiencia.
La humanidad nos muestra diariamente que el límite no existe, solo existe en nuestras creencias limitantes.
Soñémonos felices viviendo esa vida que deseamos vivir, y tras confiar en que es posible, vayamos poco a poco poniendo los detalles. Transformemos cada imagen en palabras y escribamos una carta al Universo describiendo esa vida futura y deseada, como si todo lo que cada uno de nosotros desea, estuviera ya realizado. No pasará mucho tiempo en que nos sorprendamos de la precisión con las que el Universo trabaja.
Nuestra consciencia crea realidad y es por ello que para poder vivir la vida que deseamos vivir, podemos elegir con nuestros pensamientos, lo que nos va a suceder.
Animémonos ¡Soñemos despiertos!