Mes de febrero, para los que vivimos en esta parte del hemisferio sur, mes de vacaciones, descanso y reflexión.
¿Se han puesto a pensar y percibir que nuestra vida está rodeada de sonidos?.
Al igual que en una película, nuestra vida tiene su propia banda sonora.
Tal vez muchos no pueden reconocer el sonido que acompaña su vida, porque con el tiempo se han acostumbrado a oírlo, se encuentran en transparencia con él.
Es así que podemos sentir el aroma de una flor, deleitarnos con una comida, caminar descalzos sobre la arena a la orilla del mar, percibir el olor de la tierra húmeda cuando se inicia la tormenta, contemplar un amanecer o la puesta del sol y no percibir los sonidos a nuestro alrededor.
El diario trajín, nuestros propios pensamientos, las conversaciones que mantenemos, en silencio o no con nosotros mismos, nos van aislando de nuestro entorno.
¿Para qué debemos esperar que el volumen sea molesto o insoportable para tenerlo en cuenta?
¿Para qué los seres humanos prestamos mayor atención a los gritos, a los ruidos desagradables, a lo molesto, a lo estridente? ¿Qué nos está faltando para disfrutar más frecuentemente una apacible conversación, un suave canto o un susurro?
Tal vez, ¿será porqué nos estamos desacostumbrando a percibirlo?.
El sonido del viento colándose entre las hojas de los árboles, el canto de los pájaros, las olas del mar en la rompiente, la lluvia golpeando los cristales, mi propia respiración… Todos estos sonidos poseen texturas, intensidades, duraciones, una inagotable paleta de matices que están ahí para descubrirlas.
Febrero, para algunos mes de descanso y reflexión, momentos de re-descubrir nota a nota la música que quieres que te acompañe este mes y los meses momentos para disfrutarlo.
Es tu decisión, te invito a descubrirlo ……